La reconstrucción mamaria mediante el uso de implantes ofrece ventajas como el tiempo operatorio de la intervención, la menor complejidad técnica y el hecho de no producir nuevas cicatrices. Sin embargo también presenta algunas limitaciones. A pesar de ser no requerir un tiempo quirúrgico prolongado, completar el proceso de reconstrucción requiere de un periodo bastante más largo, ya que una de las técnicas más empleadas, la que utiliza un expansor tisular en un primer tiempo, requiere de la expansión periódica del mismo mediante visitas sucesivas al cirujano plástico hasta alcanzar el volumen adecuado. En un segundo tiempo, el expansor se cambia por un implante definitivo de gel cohesivo de silicona.
Por ser técnicas menos complejas y requerir un menor tiempo operatorio que las técnicas autólogas (aquellas que usan el propio tejido de la paciente) su uso está más extendido. Sin embargo, no todas las pacientes son buenas candidatas a reconstrucción con expansores/implantes. Por lo general, las pacientes que han sido sometidas a radioterapia post-mastectomía son mejores candidatas a reconstrucción autóloga o híbrida, por la limitada capacidad de expansión de los tejidos blandos irradiados.
No es inusual que, en aquellas pacientes que sí son buenas candidatas a reconstrucción con expansores/implantes, se requiera procedimientos adicionales que mejoren el resultado estético final y generen mayor simetría.
Expansión + implante definitivo
Esta técnica requiere la utilización de expansores en un primer tiempo quirúrgico. La expansión consiste en dilatar la piel y la grasa subcutánea mediante un implante colocado detrás del músculo pectoral que se rellena progresivamente con suero salino en vistas ambulatorias periódicas hasta conseguir el espacio necesario para, en un segundo tiempo, colocar una prótesis definitiva.
El expansor se va inflando progresivamente con suero salino durante un periodo de entre 2 y 3 meses para crear un espacio bajo la musculatura de tamaño suficiente para albergar el implante de la forma mas natural posible, y así reproducir la forma de la mama no afectada (o alcanzar un volumen adecuado en los casos bilaterales).
Una vez finalizado el proceso de expansión, se debe dejar pasar entre 3 y 6 meses antes de sustituir el expansor por una prótesis definitiva. A partir de ese momento se realiza el segundo procedimiento para reemplazar el expansor por un implante de gel cohesivo de silicona de un volumen fijo.
Implantes directos
Esta técnica que se puede realizar en pacientes seleccionadas, con mamas pequeñas, y que tengan suficientes tejidos blandos y una estructura torácica adecuada como para albergar un implante directo durante la reconstrucción sin tener que recurrir previamente a métodos de expansión.
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